La Cançò de Ruscalleda
El corazón evoca lo que se queda
prendido en la memoria del paladar,
me fío de los ojos de Ruscalleda,
del cielo de su boca en Sant Pol de Mar.
De sus manos tan sabias en los fogones,
de sus versos de tinta de chipirón,
de su cante huertano por camarones,
su congrio, su sofrito, su rovellón.
Reinando entre lo crudo y lo bien cocido,
entre la tradición y la modernezte
receta una coca con mi apellido,
un pollo de corral, un erizo, un pez.
Le pone a su espardenya tacón de aguja,
su alcachofa se viste de flor de lis,
la Pompadour alterna con la maruja,
Tirant lo Blanc almuerza con Amadís.
La gamba es, inter pares, la prima donna,
y el Sant Pau, el liceo del buen yantar,
universal, provincia de Barcelona,
Maresme en la sartén, comer y cantar.