sábado, 29 de diciembre de 2007

Diciembre 2007 - Dos sonetos limeños


Dos sonetos limeños

1.

El verbo se hizo carne en hueso ajeno,
relájate, cabrón, ríndete un poco,
cuéntame que tal vez, vuélveme loco,
sírvete un pisco castamente obsceno.

Me endemonio, me enquisto, me gangreno,
me exhibo tanto cuando me equivoco
que el zumo del ayer me sabe a poco
y el de mañana me desgana el freno.

Varado en el Perú mato y escribo
insomne, goliardesco, desahuciado
sin acusar acuses de recibo.

Inmune al aguijón del agraviado,
ni Juan Lanas ni Boss ni casto divo,
cautivo de un vivir tan de prestado.


2.

El Country Club sin Bryce y sin Alfredo
sportandísimos pésimos conmigo
multiplica la ausencia del amigo
que ve tan doble como mis quevedos.

Chabuco de los húmeros malquedos
que ponen a Vallejo por testigo,
del huaino de las quenas del ombligo,
de mis amaneceres, de tus miedos.

Le falta sal a Lima cuando bajo
al bar y no me esperas en tu silla
y el cielo es una mancha del carajo

y el corazón en solfa bastardilla
y dos pájaros tristes sin trabajo
y un manco de Lepanto en cada orilla.

sábado, 22 de diciembre de 2007

Diciembre 2007 - Farewell o los sollozos


Farewell o los sollozos


¿Dos muertos vivos? ¡Qué chollo!
–dijo el plumilla insolvente–
para rimar con la gente
nos faltó rifar un pollo.

entre Jimena y Lucía,
entre Señora y Ruido,
buenas noches, bienvenidos,
hoy puede ser un gran día.

Razones no le faltaban
ni listos de baba al son
que jura que esto se acaba,
no me mates, corazón.

Adiós a las emociones,
el sudor, los camerinos,
el dandy con lamparones,
el alma con intestinos

y el tremolar de banderas
pendencieras, azulgranas,
berberiscas, colchoneras,
bosteras, republicanas.

Es hora de celebrar
el éxtasis compartido
sin cederle un alamar
al cobrador del olvido.

Entre mi primo y su cuate,
de polizón, en la gira,
por menos de una mentira,
se coló don disparate.

El caso es que, tan felices,
a la hora del balance
fuimos, que, hartos de perdices,
dímosle a la caza alcance.

Buenos Aires, buen lugar
para decir hasta luego,
la batalla de los egos
empató sin debutar.

martes, 18 de diciembre de 2007

Diciembre 2007 - Cuatro lunas, Buenos Aires




Cuatro lunas, Buenos Aires

Yo tampoco me lo creo
así que ustedes ni caso,
pero el viento del deseo,
casi al filo del ocaso,

a la orilla de la plata,
llenó la cancha de Boca
cuatro noches, serenata
de la gata que se enroca

con dos pájaros de un tiro,
que, de puro llanto, ríen,
qué importa que desvaríen
si el canto dura un suspiro,

si el corazón envilece,
si la gloria no alimenta,
si el hastío se parece
al frío que más calienta.

Qué noches las de aquel día
bajo la tísica luna,
Buenos Aires parecía
el Bronx de Fuenteovejuna.

Aquí bailó Barcelona
milongas de Andalucía,
aquí lloró Maradona
con Penélope y Lucía,

aquí el caganet impío
y el cabaret decadente
se bañaron en un río
que desemboca en la gente.

lunes, 10 de diciembre de 2007

Diciembre 2007 - Qué gran Cervantes Juan Gelman




Qué gran Cervantes Juan Gelman

Dos sonetos

1.

Hoy, en Montevideo, con Galeano,
el más idiota (Zavalita creo
que acuñó el macondismo filisteo
para mi tron) latinoamericano.

Destemplando el violín y otras cuestiones
se nos echó el amanecer encima,
de sobra sabes, Juan, que a mí la rima
me moja el corazón y los cojones.

Dos pájaros de un tiro a contra veda
guapeando el cordón de la vereda
dorada de Pocitos en cuclillas.

Cuánto gozo contigo cuando lloro
en Villa Crespo, al fin, torre del oro
que a Macarena enciende las mejillas.

2.
D’Artagnan flaco y con bigote cano
de Sydney West, salario del impío,
academia de gotan contra el frío,
más Vallejo que Góngora y Lucano.

El caso es que brindábamos con Juan
Gelman en Coyoacán sin aguacero,
huerfanitos de nieta de un cervantismo
zurdo, rusito, ex montonero.

Comprendo que, detrás del par de tetas
que ornan estos delirios post paganos,
un mustio trovador cotice poco.

Y sin embargo siguen los poetas
entre grescas de tirios y troyanos,
haciendo carne el verbo de estar loco.

lunes, 3 de diciembre de 2007

Diciembre 2007 - Mis pintores. Dos sonetos.




Mis pintores. Dos sonetos.

1.

De Velázquez monarcas y bufones,
de Goya el pedigrí de la canalla,
de Sorolla el añil a pie de playa,
de Bacon los Davinci con muñones.

De Hopper el desierto sin balcones,
de Juan Vida filetes de caballa,
de Tàpies palimpsesto en la muralla,
del Bosco Dorian Gray amb lamparones.

De Matisse odalisca entre cojines,
de Magritte trampantojos y bombines,
de Vermeer el matiz y el disimulo.

Del Greco la anorexia de Botero,
de Durero la muerte, el caballero,
de Picasso los labios en el culo.

2.
De Barceló el azogue de espejismo,
de Toulouse, de Lautrec, tataracuerdos,
de Van Gogh margaritas a los cerdos,
de Münch los calatravas del abismo.

De Rafael de Urbino el catecismo,
de Pollock tanto afanas, tanto pierdo,
de Basquiat los derechos del pie izquierdo,
de Pepe Hernández santo anacronismo.

De Renoir una vela en lontananza,
de Rubens la mujer de Sancho Panza,
de Rembrandt el chambergo y la linterna.

De Fra Angélico al nácar de madonna,
de Frida Kahlo Diego y su amazona,
de Freud al corazón de la entrepierna.