Regalos ripiosos de año nuevo.
Para Luis García Montero
la sombra de mi sombrero,
para Almudenita Grandes
un beso desde los Andes,
para Nativel Preciado
un abrazo enamorado,
para Joan Manuel Serrat
una noia y un soldat,
para Manolo Vicent
una Malvarrosa al dent,
para sir Javier Rioyo
una ración de centollo,
para Ángel Antonio Herrera
una jura sin bandera,
para Felipe Benítez,
alimón, tercio de quites,
para Benjamino Prado
un terceto encadenado,
para Fernando León
una princesa y un son,
para mi Arantxa y mi Guti
helados de tutti fruti,
para Chus ciento volando
y un visor para ir tirando,
para Pepe Caballero
una Pepa y un bolero,
para don Jesús Maraña
Zapatero y abre España,
para Santiago Segura
mi puerta sin cerradura,
para
tres ayeres y un mañana,
para mi consorte Otero
no hay palabras, no hay dinero,
para san Ángel González
un cante con los cabales,
a Javi Menéndez Flores
la llave de Relatores,
para don Alfonso Ussía
esta mano que es la mía,
para Carlitos Marzal
un pecado original,
para los dos simonetos
flores de lis y sonetos,
para Buenafuente y CIA
la rumba que les debía,
para Juan Cruz un diario
sin jaula para el canario,
para Luis
las dos orejas y el rabo,
para los que se me olvidan
cuándo, dónde, lo que pidan.
Machu Pichu, diciembre de 2.005.
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