Paco Ayala cumple ciento un años.
Ayala es la conciencia republicana,
la paciencia ilustrada, pan con guindilla,
la mirada que no baja la persiana,
la Granada morada, roja, amarilla.
Ayala es unos ojos que han visto tanto,
Ayala es un megáfono con sordina,
un bordón de guitarra de palo santo,
un hato de palomas con gabardina.
Ayala no dimite del horizonte,
Ayala es un perdón sin reclinatorio,
Ayala es el más payo del Sacromonte,
la tinta del tintero del purgatorio.
Ayala es un vecino del vecindario,
Ayala es un semáforo en el desierto,
Ayala es el más viejo del parvulario,
Ayala, pico y pala de libro abierto.
Ayala es un discípulo de sí mismo,
un agente secreto de la cordura,
un creyente sin credo ni catecismo,
un sabio por la calle de la amargura.
Ayala es un cartílago de la historia,
la esperanza sin fe del desesperado,
la lanza en el costado de la memoria,
el ancla en tierra firme del desterrado.
Ayala es el otoño de los renglones,
azogue de un espejo que se respeta,
Ayala no se baja los pantalones,
Ayala, más de un siglo en una maleta.
sábado, 22 de septiembre de 2007
Marzo 2007 - Paco Ayala cumple ciento un años
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