Un soneto y unas coplas.
Claro escribo, los irredentoristas,
deslustrando la ilustre ilustración,
madreperlan la perla, estraperlistas,
apóstatas de la diosa razón.
¿Euskera? yes, que aprendan los maquetos
que Aresti mola mazo y sor Arana
es el evangelista del cateto
que brinda con txapela y damajuana.
Ciudadanos sin tribus ni erres haches,
con kale, sin borroka ni bandera,
cachimba de la paz llena de baches.
Que salga el sol neguri más abajo,
sin chantajes de otoño en primavera,
¿nazionalismo? Ni español, carajo.
Alto el fuego permanente
quiere la gente,
¿qué importa si el cocinero
fue Zapatero?,
la ocasión la pintan calva,
despunta el alba,
grita el muerto bajo tierra:
muera la guerra,
Maquiavelo es Rubalcaba,
tontos de baba,
erre que erre Batasuna
ladra a la luna,
hora es de enterrar el hacha
bélica y facha,
mola la errikotaberna
si no gobierna,
Qué gran timonel Otegi,
pobre colegui,
duda y mantén la esperanza
cual Sancho Panza.
Hotel principio del fin, marzo de 2.006
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