Dos de catorce.
Siete días.
El domingo gocé con Les Luthiers,
el lunes me operé de cataratas,
el martes comprobé que las erratas
del pasado se suben a los pies.
El miércoles me trajo a mal traer
la guerra entre los perros y las gatas
y el jueves aguanté las peroratas
de un par de candidatos ¿o eran tres?
El viernes en Getafe cuatro a cero,
el sábado un morlaco a Talavante
le hizo un siete de sangre de torero.
Sale cara la rima consonante,
el penúltimo verso es el primero
y queda otra semana por delante.
Doce meses.
Enero vino miaja cuesta arriba ,
febrero con cuarenta y dieciocho
tacos cumplidos más el puto IVA,
abril después de un mes de marzo pocho.
La flor de mayo crece siempre viva
burlando al dulce junio al tocomocho,
don julio hará, pese a la suerte esquiva,
su agosto con el Nano y un bizcocho.
Septiembre sabe a marzo ultramarino,
octubre capa y sayo, milagros a
luciérnaga a la vera del camino.
Noviembre, becerrita caprichos a
que embiste a la paños a del destino,
diciembre noche vieja y a otra cosa .
Pradera de san Isidro, mayo de 2.007
sábado, 22 de septiembre de 2007
Mayo 2007 - Dos de catorce
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