Olímpicos sonetos.
1. Hasta la meta.
Acrópolis con sauna p’Al Capone,
medallas con padrino y alcahueta,
canallas que diseñan los calzones
de atletas con futuro en la bragueta.
¿A quién le importan Sócrates, Platones,
faltas de ortografía, gamma, beta,
controles antidoping? Mis cojones
conocen un atajo hasta
Efebos
ceñidos por laureles virtuales,
esclavos del kung fu y el bakalao.
Y la peña, en lugar de hacerse pajas,
mendigando en la tele las migajas
de Ulises, Jenofonte y Menelao.
2. Espartatenas.
El himno, el pasaporte, la bandera,
son el único dios, la patria, el amo,
el negro que naufraga en la patera
será español si corre como un gamo.
La llama olímpica no hará carrera
si no se va a la cama con su amo,
si no alega, cruzando la frontera
de Samaranch, que no le sobra un gramo.
Espartatenas, bienes gananciales
que se disputan multinacionales
de lycras, hamburguesas y basura.
Maratón, disco, salto, jabalina,
la riqueza mass media es la ruina
que mina el corazón de la cultura..
Playas del sur, agosto de 2.004.
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